dijous, 28 de maig del 2015

(Sin título)

Nos encontrábamos por segunda vez después de nuestro encuentro en la feria. Habíamos hablado a través del móvil pero desde que nos conocimos aún no habíamos tenido la oportunidad de vernos debido a la distancia.
Estaba esperando sentado en un banco del parque cuando la vi bajarse del coche conducido por su madre.
-Hola, cuánto tiempo sin vernos- le dije con una sonrisa tímida.
-Hola, es verdad, demasiado- me contestó justo antes de saludarme con dos besos.
Realmente los dos sabíamos la razón por la que habíamos quedado esa tarde pero ninguno de los dos se atrevía a sacar el tema. Esto creó unos segundos de silencio bastante incómodos que intenté romper con la clásica frase de:
-Y bueno, ¿qué tal todo?.
En ese momento me sentí el chico más idiota del mundo, estaba al lado de la chica que me gustaba y eso era lo mejor que se me ocurría para decirle.
-Bien,¿y tú?

En ese momento me di cuenta de que no podíamos seguir de esa manera, así que, sin responderle a su pregunta, me atreví y le conté lo que estaba empezando a sentir por ella. Ella me confesó que también sentía lo mismo. Una vez nos abrimos todo fue mucho más fácil, la conversación fluyó y nos dejamos llevar, nos sentamos en los escalones cerca de la biblioteca, y al fin, llegó nuestro momento, me lancé y nos besamos, ese fue el principio de nuestra relación.

Adrià Barceló

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